lunes, 22 de febrero de 2010

encomienda

De ti solo me queda
una arteria extraviada
en el pecho inmenso de Lavapiés.
Solo regreso al rastro
de una ausencia incapaz
de pronunciar el nombre
de aquello que no fue.

Acudo puntual
delante de tu puerta
como perra que vuelve
al lugar que habitó,
más no rozo el umbral
ni hago sonar el timbre,


porque todo fue ayer
porque nada es mañana.

Frente a este trozo de madera
amago de amor
peregrina cósmica.
Vengo a morir
al nido de un fantasma
lo nombro con una cuerda bucal
gritando en silencio
y todavía me extraña
quedarme sin respuesta.

6 comentarios:

fonsilleda dijo...

Me ha encantado esa "encomienda" tuya, ese confesar el dolor de una pérdida, de una ausencia, en un umbral con un grito silencioso que no tiene respuesta (nunca la tiene en tales casos). Triste, certero y preciosas las imágenes que has creado.
Bien recuperada tu presencia.
Bicos.

Fabiola.estropus.dementis. dijo...

Muchas veces intente describir un dolor similar... y no pude... ahora se por que... por que en este mundo hay personas que pueden hacerlo con una delicadeza y pasion inigualable.

Mucha suerte!

Oigres Led Séver dijo...

Hoy, me has sorprendido.


Como siempre digo, siento no visitarte a menudo, pero siempre que visito, estás en la lista.

Un beso y un abrazo.

Gracia Iglesias dijo...

Lo peor es quedarse sin respuesta. Un poema muy sentido y lleno de alma en un blog que palpita belleza. Gracias por visitarme y por enlazarme. Me agrada que una palabra mía haya podido arrojarte luz en un momento de sombra. Te enlazo yo también. Un abrazo en la poesía.

esteban lob dijo...

Muy lindo...pero siempre hay un mañana.


Cariños.

Verónica dijo...

hay que seguir alimentando al verso! es algo inevitable y adictivo!