Tengo la garganta abierta en canal después de los tambores el eco acaba tragándoselo todo ya no espero nada de estas paredes huecas que solo me devuelven lo que me atrevo a decir que apenas se mantienen en pie a la espera de una nueva embestida de mi voz.
Enciendo una esquina por la que infiltrarme. Antes dudaba de la toxicidad de los sudores, ahora sé que pueden matar de no olerlos. Un callejón cualquiera es bueno para esperarte en silencio.