El ruido de la vida
no me deja escucharte.
Tu voz es la única estrella
de la noche cerrada.
El cielo ha enmudecido,
la negrura ha anidado en mis tímpanos.
Tu voz sigue durmiendo
en mis párpados rojos,
sonando con los días
por mi pecho violeta.
La alucinación de mis orejas
usó como soga mis pestañas.
1 comentario:
Unos versos preciosos, aunque muy tristes... Abre tus valiosos tímpanos sólo a aquello y a aquellos que merezcan ser escuchados.
Besitos mi zipi...
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