invocan
a diario
la mudanza que nunca llega,
la incertidumbre
perpetúa
en un enredo
los pasajes nacientes
de las cosas sin nombre.
Reconstrucciones,
meciendo
cunas apocalípticas,
abrazan cínicas
la suerte de la trampa,
perpetrando
la conciencia del desgaste.
* Una pintura japonesa del siglo XVIII.
3 comentarios:
La incertidumbre perpétua es mejor que la certeza total.
Si ella predominara, el mundo sería demasiado predecible y aburrido.
Cariños.
Será que nadamos en la ambigüedad y por eso preferimos la incertidumbre a la certeza. Reflexivas letras, corazón. Un gustazo leerte.
A veces hay que mudarse, o mudar la piel. A veces el desgaste lo hace.
Y siempre la incertidumbre permanece.
Besos.
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