Se me han vaciado las manos,
mis letras están flotando
en todas las sopas que humean
en los tazones del mundo.
Flotan
refregándose unas contra otras,
soterradas en su propio calor.
La cuchara las llama inútilmente.
Arden.
Y es más el tiempo
que uno pasa mirándolas,
que el que tarda en comerlas.
2 comentarios:
uno de los mejores que tuve el honor de leer! quizá haya algún verbo en participio muy enérgico para servidor, pero el verso fluye, siempre. chapeau, madame!
Gracias amore, es un honor para esta pekeña escritora novata que te agrade.Ya me contarás despacio lo de los participios enérgicos.uno besillos
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