Regalas un silencio interminable.
Me tiendo en él,
soy una gata maullando
en una esquina,
soñante en la otra.
No llevo cascabel,
no sueno por sonar,
uno solo conserva
aquello que no atrapa,
yo llevo el sonar dentro.
Extendés tus pasos por el piso,
una estela de ruidos
va envolviendo la sed y la rutina,
sortilegio sonante,
ese sonar,
que escapa a la palabra.
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